viernes, 17 de octubre de 2008

Lo cortés no quita lo valiente


No vayas por ahí haciendo daño a la gente. No mientas, no engañes, porque al final el único perjudicado eres tú. Quien se libra de un mentiroso no es un desgraciado sino todo lo contrario. No hagas creer a las personas que las cosas no funcionan por su culpa, que eres perfecto y son ellos/as quienes lo estropean todo. Mira dentro de ti, piensa en lo que eres y en quién eres, y soluciona las cosas desde dentro. Al fin y al cabo lo que dices y haces es reflejo de lo que piensas y sientes. Esa pobre chica fue al psicólogo a intentar entender lo que estaba haciendo mal para no perderte. Le hiciste creer que ella tenía un problema, cuando el único problema eras tú. Céntrate, y descubre qué es lo que realmente quieres. Ya no eres un niño y el tiempo de jugar se pasó hace tiempo. Y no pretendas que los demás te vean como un oso amoroso cuando te comportas como un puto gigoló.
Gracias a Dios ella es fuerte y no vas a conseguir que deje de creer en el amor.
Gracias a Dios se ha dado cuenta de lo que eres.
Gracias a Dios no ha hecho falta sino una tirita para su corazón partío.
Ahora tiene un bonito camino por delante, gracias a Dios, lejos de ti.

1 comentario:

Gus dijo...

:\

Hoy en día, querer a alguien, se ha convertido en un deporte de riesgo. Un abrazo.