miércoles, 3 de diciembre de 2008

El apego, el amor...


Mi perrita tiene 10 años. A veces es un poco antipática (en realidad sólo lo parece cuando quiero hacerle mimitos y ella se va de mi lado y se echa en una esquina y sólo le falta decir con voz de niña pija: “Déjame en paz un ratito”). Es guapísima, sobre todo recién pelada. Quien la ve en ese momento, espera que detrás venga, sujetando la correa una pedazo de tía repipi que tiene un descapotable plateado…
Es una de las pocas cosas, si no la única cosa buena que me dejó cierto capullo, aunque junto con ella me dejó muchas lecciones aprendidas y gracias a ella he aprendido alguna otra, como lo que es el amor auténtico, el amor sin palabras, el sentimiento simplemente, sin condición. Antes de tenerla, ni siquiera me gustaban los perros, y aunque adorar a los animalitos me ha hecho mejor persona, a veces me gustaría no quererlos tanto.
La han operado varias veces de tumores.
Esta vez una herida en una patita resulta ser algo malo y dicen que es probable que le tengan que cortar la pata…
Intento hacerme a la idea de que no vivirá mucho tiempo más, aunque estuviera sana, pero no puedo. Imaginarla coja me parte el alma. Imaginar que no está me mata. Imaginar que se duerme y no despierta…
Creo que me queda mucho que aprender.
Y no se como hacerlo.

1 comentario:

Saed de los Santos dijo...

vengo de leer mi puta vida, para parar un ratito en unavida sin sentido, la verdad que están relocos y que bueno... me ha gustado leer a un tipo que de vez en cuando sufre y auna tipa que de vez en cuando escribe sobre lo que le falta por aprender y de su mascota...